Desde que debutó el doce de septiembre de mil novecientos noventa y nueve en San Mamés, Iker Casillas ha sido el ángel salvador del Real Madrid. Aunque la fecha clave fue el quince de mayo de 2002, el día en que oficialmente los seguidores del Madrid y los amantes de futbol cayeron rendidos ante la grandeza de un chico de veintiún años, que gracias a tres paradones increíbles en apenas un minuto logró que el golazo de volea de Zidane valiese para darle la novena copa de Europa a su equipo de siempre, el Real Madrid.
Ese mismo verano, el en Mundial de Corea y Japón, Iker Casillas se erigió como el ángel guardián de España, San Iker, al conseguir parar tres penaltis a la Selección de Irlanda, dando a la Selección el paso a cuartos de final. Pero las cosas se complicarían para La Roja y ante la anfitriona, el mal arbitraje del egipcio al Ghandour eliminó toda posibilidad de seguir adelante en un Mundial en el que España parecía totalmente encarrilada hacia el triunfo.
Ahora, en 2010, el sueño de todos los españoles se ha hecho realidad al ver al capitán de su Selección, Iker Casillas, levantar ante la mirada lacrimosa de todo su país la preciada Copa del Mundo. Siete de los valedores de tan digna hazaña han sido nominados al balón de oro, el de Móstoles es uno de ellos. En mi opinión, tiene razones de sobra para ser elegido. Es cierto que los delanteros son quienes aportan los goles para el equipo, pero ¿sería su trabajo igual de efectivo si no hubiese un portero que pudiese evitar los goles? Al menos me contento con el Guante de Oro recibido por su impecable trabajo en el Mundial, no obstante, si mal no recuerdo fue su pie derecho lo que nos salvó la final.
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